Psicología práctica y cotidiana
Según la Wikipedia, “Samhain es la festividad de origen celta más importante del periodo pagano que dominó Europa hasta su conversión al cristianismo, en la que la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la temporada de cosechas en la cultura celta y era considerada como el «Año Nuevo Celta», que comenzaba con la estación oscura. Es tanto una fiesta de transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo. Su etimología es gaélica y significa ‘fin del verano’.Ha sido practicada desde hace más de tres mil años por los pueblos celtas que han poblado toda Europa”.
Cristianizada después con la fiesta de todos los Santos, es igualmente una fiesta donde se le da culto a la transición de un año a otro, en cuanto a las cosechas, como a la apertura de un mundo a otro… De ahí, las calabazas y por otro lado, los zombis, los muertos y las brujas…
La vida, es algo más de lo que podemos captar por nuestros sentidos, el misterio de la muerte, nos acompaña cada día, y muchos familiares, conocidos y amigos, ya no están hoy con nosotros…al menos, no los podemos ver, oir, tocar, escuchar… aunque eso no significa que no estén, en otro plano, en otro mundo, en nuestros recuerdos, en nuestras emociones, en nuestros sentimientos…
La fiesta de Haloween o de todos los Santos, nos anima a traspasar las fronteras del miedo y de lo desconocido, disfrazándonos, pintándonos, visitando los cementerios, llevando flores… y nos recuerda que la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda.
La muerte, tan misteriosa y cercana, nos abre una puerta hacia otra realidad de la que lo único que sabemos es que a todos nos invitará a pasar.
En éstos días más que nunca, nos acordamos de las personas que ya pasaron ésa puerta y los hacemos presente, los sentimos más cerca…
Te invito a contemplar al SER humano, en sus diferentes planos, físico, mental, emocional, energético y espiritual, así tendrás presente cada día a todas las personas que ya marcharon, pero que no desaparecieron, porque siguen con nosotros, los sentimos, nos dan fuerzas, nos acompañan…, mientras permanezcan en nuestro interior, junto a nuestra Alma, junto a nuestro espíritu.
Dolores Rizo, Psicóloga.
