¿Felices Fiestas?

Psicología práctica y cotidiana.

Es obvio que para muchas personas, no son Felices Fiestas, y que éstas fechas despiertan sentimientos de tristeza, agobio, pena, melancolía y obligación…

Los motivos pueden ser múltiples;

La falta de personas queridas es con mucha frecuencia, un motivo suficiente para echarles de menos y por tanto para no sentirnos felices.

Por otro lado, las malas relaciones familiares, y sin embargo, la “obligación” de tener que sentaros juntos/as a la mesa.

Y ni que decir tiene, la situación económica, social y particular de cada familia…

Son múltiples los motivos por lo que muchas personas desearán que pasen pronto estas fechas, tradicionalmente familiares.

Es importante ser respetuosos con quienes celebran estas fiestas Navideñas con alegría y también, por supuesto, con quienes preferirían eliminar estos días del calendario.

Luarca marFELICES FIESTAS-03Si la fiesta no va contigo, si no te apetece celebrar nada ni con nadie, te recomiendo que lo expreses, que seas sincero/a y lo más respetuoso/a con quienes sí quieren celebrarlo. Solicítales el máximo respeto ante tus sentimientos, bien por asistir siendo cordial pero no entusiasta, bien por tomar la decisión de no asistir.

Cada persona tiene sus motivos, y los encuentros familiares “felices” lo son, sólo, cuando todas las partes así lo sienten. Sé fiel a ti mismo/a.

Para las personas, que se sienten tristes, con pena y ahora más que nunca echan en falta a su ser querido, les animo a que lo expresen y dejen aflorar sus emociones. Expresar aquello que sentimos, nos hace más humanos, y no más débiles.

Cuando dejamos nuestras emociones fluir, nos aliviamos del dolor y la pena, que por otro lado, aceptamos como normal. Lo que es totalmente artificial es pretender hacernos fuertes, por no “amargar” la fiesta, cuando en realidad, en tu interior no hay fiesta, ya que la falta de tu ser querido no te lo permite.

Por supuesto, tenemos que mirar hacia delante y vivir el presente, sin embargo, eso no quiere decir que olvidemos quienes somos, a quiénes nos amaron y amamos, aunque no estén sentados a nuestra mesa. Siguen vivos en nuestro corazón, y en Espíritu y Alma, estarán presentes,

¿Qué malo puede tener hacerlos presentes con nuestras más sinceras emociones?

Dolores Rizo.

 

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Soy Dolores Rizo Vidal

Licenciada en psicología por la UNED.

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