Vivir sin miedo

Psicología y espíritu

Estos días he tenido la suerte de vivir una experiencias especial, por supuesto, con personas especiales y en un lugar especial y mágico.
En primer lugar, estas personas especiales son mis hijas y mi marido, juntos aprendimos y compartimos una preciosa excursión, al pasear por el bosque que nos llevó al Corralín, pequeña aldea abandonada, junto al Rio Ibias, en el Concejo de Ibias; Y allí conocimos y nos sobrecogió Francine, una mujer francesa de mediana edad, que desde hace 5 años decidió ser la única habitante humana de éste recóndito lugar, junto a sus habitantes salvajes, los osos, lobos y demás fauna que habita en éstos bosques Asturianos.
Comenzamos la excursión con mucha atención a la espectacularidad y grandiosidad del bosque, que entre castaños centenarios y vegetación autóctona, nos sobrecogió, y maravilló.
Tardamos aproximadamente una hora y media en llegar, al paso de dos niñas y en su mayor parte, el camino fue de bajada, adentrándonos en el mágico lugar. Camino que más tarde fue de subida, y que sorprendentemente hicimos en tan solo 50 minutos, claro que, se acercaba la noche, y sabiendo, a la vuelta si éramos conscientes, de que sus habitantes podían salirnos al encuentro, cualquiera paraba a descansar, así que, a pesar de quedar sin aliento, y con alguna lágrima de esfuerzo de mis pequeñas, hicimos la subida de vuelta, llenos de energía y vitalidad, también el lugar lo ofrecía.
Y sin duda, lo especial de nuestra visita fue conocer cómo vive Francine; En poco tiempo pudimos escuchar algo de sus experiencias allí, en el Corralín, a 1 hora andando, en el mejor de los casos, de otra persona humana, en los días de lluvia, de nieve y de mal tiempo, con su enfermedad, y en su pequeña, muy pequeña cabaña del bosque, sin agua y sin luz, donde apenas le cabe una silla para descansar…
Ella lo puede hacer, sólo ella conoce lo que la naturaleza le aporta, su energía, su comunicación mágica con la vida, su respeto, su sintonía, el encuentro con ella misma, sólo ella conoce el secreto de poder vivir así, y es NO TENER MIEDO, lo que para los demás, se convierte en el motivo, el límite o el impedimento para no hacer lo mismo, y por tanto, para no experimentar la felicidad sin necesitar nada, sólo lo que nos aporte la naturaleza.
Creo haber descubierto por qué tantas personas vamos a conocerla, qué encontramos en ella, por qué se está haciendo famosa, y es que no deja a nadie impasible, a todos nos remueve, al comprobar, en la vida del siglo XXI, que se puede vivir de otra forma, con menos, con nada y obteniéndolo todo y más de la vida.
Francine, no conoce el miedo, y supongo que lo conoció algún día, pero, sin duda, aprendió a deshacerse de él, descubrió lo inservible que era, y cuanto le limitaba.
No tiene miedo a su enfermedad, ni a la vida, ni a la muerte, ni a la soledad…
Ella habla con los animales y se respetan, conviven sin problemas. Nos contó, que cuando llegó a la que ahora es su casa, allí habitaban y habitan muy cerca, una manada de lobos, ella se mostró tranquila ante ellos, no les demostró miedo, les habló, y ellos entendieron, entonces, que no era peligrosa, ya que mostrar miedo, ante los animales (y la vida), es una forma agresiva de relacionarnos, y esto pone a cualquier animal (y persona) en actitud de ataque y defensa.
En muchas ocasiones, dice Francine, se encontró con la familia de osos que también viven cerca, ella, cuando esto ocurrió y se sorprendieron mutuamente, sin miedo, despacio y prudente se aleja para no invadir su espacio, al mismo tiempo que ellos, tras observarla, también siguen su camino.
Sin duda, esto no lo hace cualquiera, ya que vivimos llenos de miedos en nuestro día a día, y no sólo a los pequeños animalitos “casi domésticos” que podemos encontrar en nuestro entorno cercano, sino a la vida, a otras personas, al dolor, a la enfermedad, a la soledad….Y por cada miedo, tenemos una limitación, un bloqueo y una disculpa para evitar y huir, lo que supone, no vivir disfrutando intensamente lo que la vida nos está ofreciendo cada día.
Y para despedirnos, mi hija tan impactada por el entorno, por Francine y sus relatos, tanto como nosotros, le preguntó lo que llevaba todo el camino deseando saber, ¿Francine has visto a las hadas?
Y como no, Francine vive la magia de los bosques, y la de sus seres mágicos, tanto, que ella se está convirtiendo en uno de ellos.
Gracias a Francine, por removernos el alma, y enseñarnos que nos queda un largo camino por recorrer todavía, pero que es posible, ya que SE PUEDE VIVIR SIN MIEDOS.

Puedes conocer más sobre ella en:
www.elcorralin.es y en el documental sobre su historia, realizado por Iván Menéndez: “Los Colores del Viento”
Y más fotos del lugar, realizadas por mi marido, Alejandro Badía en: http://www.alejandrobadia.es/ruta-del-corralin-en-ibias/

Dolores Rizo, Psicóloga.

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Soy Dolores Rizo Vidal

Licenciada en psicología por la UNED.

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