Crianza y educación
Nuestras relaciones familiares y cómo afrontamos con nuestros/as hijos/as las situaciones cotidianas, depende del momento en que nos encontremos los adultos.
No es lo mismo, estar de vacaciones, relajados, sin horarios, sin excesivas obligaciones, donde somos más permisivos, tendemos a escuchar más, y a compartir más tiempo con los/as más pequeños/as de casa;
Que, otro día que llegas tarde al trabajo, que dormiste mal y encima tu hijo/a no anda… O cuando llegas tarde del trabajo después de un día estresado, donde los/as pequeños/as no te han visto en todo el día, tú tienes ganas de descanso y ellos/as te esperan con anhelo para captar toda tu atención….
En muchos casos somos conscientes de no haber sabido afrontar una situación con éxito y en otros somos totalmente inconscientes de cómo lo hacemos y donde nos equivocamos.
Es muy importante saber expresar y escuchar, así como que nuestros hijos/as puedan expresarse y también escucharnos.
Es decir, tendremos que repasar y aprender a comunicarnos adecuadamente, ya que nuestros/as hijos/as nos prueban constantemente, como si de un examen a diario se tratase.
Las situaciones cotidianas se repiten cada día, y cada día nos enfadamos, gritamos, perdemos la paciencia, y no sabemos que hacer, es quizás el momento de preguntarnos ¿Qué puedo aprender de todo esto?
Ya que constantemente les decimos a nuestros/as hijos/as “cuándo aprenderás…”, quizás es un buen momento para aprender nosotros también, los adultos, cómo solucionar situaciones concretas, que se repiten y que en muchos casos crecen por nuestras propias reacciones.
Para resumir, vamos a empezar a tomar conciencia de cómo nos relacionamos con nuestros/as hijos/as y a preguntarnos ¿Puedo aprender yo también de ésta situación?
Espero que me sigas y que vayamos aprendiendo juntos/as con cada artículo, para mejorar nuestras relaciones familiares.
Gracias, Dolores Rizo.
Comentarios cerrados