Psicología práctica y cotidiana
Nos llega el Carnaval, en éstos días nos disfrazamos y nos atrevemos con cosas diferentes.
Aprovechando el nuevo “traje” nos comportamos de forma diferente a como lo solemos hacer siempre.
En carnaval, se trata de reír, de pasarlo bien, de parecer otra persona y lo conseguimos.
Pero, ¿Quién soy yo verdaderamente? ¿El que se “disfraza” cada día para ir a trabajar, para ser buena madre o buen padre, para parecer una persona seria, madura, adulta, responsable….? O ¿Soy el que se “disfraza” en carnaval, dejando salir el yo escondido, reprimido, el niño, la alegría, el humor…?
Cada día nos exigimos seguir el guión de la vida adulta que nos hemos creado, dejando de ser uno/a mismo/a, convirtiéndonos, a veces, en alguien que no nos hace feliz, que no se permite vivir debido a sus obligaciones, que se reprime, que no tiene tiempo para reír y que no utiliza el humor porque está mal visto en la vida de adultos, serios y responsables.
Te animo a ser tú mismo/a cada día, a sonreír a la vida, a hacer fiestas sin motivo, a utilizar tu sentido del humor, a hacer cosas atrevidas que liberen tus emociones, a disfrutar como nunca en un día cualquiera de tu vida, a quitarte la máscara que te tiene atrapado….
Que todos los días sean carnaval.
Cualquier día, ponte una peluca, una nariz, una ropa hortera y colorista, para sacar más a menudo ésa parte de ti que tenemos sometida, reprimida, escondida y obligada a dejar de ser parte nuestra, porque vivimos en una presión que nos obliga a cumplir unos roles y cánones “bien vistos” y respetados socialmente.
Vuelve a tu infancia, olvida el adulto, y vive en ocasiones como el niño feliz y divertido que eres.
Disfruta del Carnaval, como el día “permitido” para esto, pero luego, en la intimidad, hazlo más veces en tu vida, ríe, sonríe y sé feliz.
Feliz liberación y vuelta a tu Ser más profundo.
Dolores Rizo.
